El Semanario Popular Económico, “La importancia de la higiene”, fragmento
La higiene bien aplicada y comprendida bien, puede prolongar la existencia, hacernos invulnerables, si la expresión nos es permitida, a la influencia perturbadora de muchas causas morbíficas, y atenuar la gravedad de las enfermedades que nos aquejan. ¡Cuántas veces la primordial y quizá única causa de las enfermedades, es el olvido de los preceptos higiénicos! Punible es faltar a sabiendas a esos preceptos que la observación y la experiencia, inspiradas por un criterio lógico y racional, escribieron en nuestro favor, y para nuestro bien estudiaron; punible y digno de castigo es dar al olvido lo que por tan sagrado debe tener un lugar preferente en la inteligencia.
Dos leyes generales presiden y regulan la vida de los pueblos; la ley del bien, ley suprema que hace arraigar en el corazón los sentimientos más nobles y más elevados, y la ley de la salud, ley del bien físico, que desenvolviendo la organización, hace más fácil el cumplimiento de la primera. Borrad esas dos leyes precisas y lógicas del gran libro de la vida, y condenáis a la humanidad al nihilismo, a la muerte moral.