Carta a D. Juan Barcia Caballero

(23/11/87, en vers, resposta a la d’ell)

Querido Juan: Presiento que mi libro
no ha de alcanzar la suerte que esperabas.
Los tiempos son de prosa,
prosa enteca, ruin y doctrinaria!
Escribir en cristiano cuando todo
hiede y apesta, y envenena y mata,
es escribir a medias.
Es sembrar trigo y cosechar zizaña!
Forja en el yunque creador del Genio
el hierro de la idea; aguza y labra
sus hojas diamantinas
que al Sol de la verdad destelan llamas.
Riñe en perenne lid con los errores,
sufre en silencio que la chusma ignara
prediques sus absurdos,
harta de miel aunque tu sangre arda.
Y si a la postre a combatir te arrojas,
y con denuedo y corazón te lanzas,
los buenos!… Los mejores!
Los que debieran alentarte… callan!
¡Siglo egoista, y vanidoso y necio!
Si he de decirte la verdad, me cargas.
Vistes de seda… pero
también son aun de seda las mortajas.
De rosas ciñes sin rubor la frente,
con gozo vibras del poder la palma,
con manto de oro y perlas
tejido por la ciencia te engalanas.
Cien clarines pregonan tus victorias,
la vanidad de tu poder te exalta,
pero cuenta y no olvides,
que es Dios el amo y tu sin Él la nada.
Ay si su azote vengador te hiere!
Ay si su enojo poderoso estalla!
Ay si de un nuevo Atila
la hambrienta grey sobre tus glorias lanza!
Escribir en cristiano, cuando es todo
barro y orgullo, y necedad y charla!
Más vale hacer astillas
la pobre pluma y retirarse a casa.
Escribe en sucio, y cantarán tu ingenio,
da a luz novelas que provoquen náuseas
y alcanzarás fortuna,
emula a Baco, y lograrás su fama.
Haz que destilen de su licor inmundo
la inmunda podre las sociales llagas,
pinta clínicamente
del vicio impuro la candente baba
retrata al vago, a la ramera, al treno,
endiosa el cuerpo y aplebeya el alma,
da derechos al vicio,
y a la virtud cadenas y mordazas.
De el de Fortuny del burdel y de la timba,
nada te espante si al pudor ultraja,
y será tuyo el mundo,
y harás negocio, y vivirás en jauja,
que en el último tercio de este siglo,
dios es el cieno, la conciencia farsa,
la inspiración un mito,
y una gavilla el vulgo de canallas.
Alto tocayo! La pendiente es fácil
suelta la pluma, y la intención non sancta
que corran a su antojo
por cauces nuevos las malditas aguas;
que el valle ameno de las patrias letras
tan pestilente inundación invada,
que caigan en ruinas
tribunas, templos, academias y aras,
que los Hunos de Zola hagan su agosto
que llore, y sufra, y se aplebeye España.
Peccavimus, y es lógico
que Dios nos vuelva con desden la espalda!
Punto y aparte. De mi hermosa hablemos
pues que halla en ello regocijo el alma.
Después de tanta prosa,
dulce es gustar inspiración más alta.
Si mi pobre paleta fuera rica
en la luz de la tuya soberana,
y hallara en sus tesoros
calor y vida, y resplandor y galas,
yo sus ojos serenos pintaría,
y la púdica luz de sus miradas,
la risa que en sus labios
con juguetones movimientos salta,
su voz sonora y apacible; el eco
de sus suspiros que mi pecho embargan,
su andar siempre gracioso
y su modestia irresistible y casta.
Pero sabes muy bien, mi caro amigo
que es mi paleta de colores falta,
y aunque el deso vence,
mi pobre ingenio se confunde y calla.
“¡Quién supiera escribir!” Yo te diría
como sonríe, y me aconseja, y habla,
cuan pura y cuan discreta
le transparenta en su mirar el alma,
como serena de mi vida el cielo
cuando le enluta tempestas aciaga,
y como torna en gozo
los colores que un punto me acibaran.
“¡Quién supiera escribir!” Yo te diría
cuan sabrosa fruición  halla en tus cartas,
cuya flexible prosa
es como arroyo de serenas aguas,
y nuestros dulces sueños narraría
y el purísimo goce que embriaga
nuestros dos corazones
que en una funden sus amantes llamas.
Pero repito que el pincel es tosco,
y es pobre la paleta y de luz falta,
pobrísimo el ingenio,
y sin vigor mi peñola y sins avia.
Suple tu los colores que no tengo,
mi dulce dicha y mi ventura canta,
canta sus ojos claros
en luz más ricos que mi valle en galas,
con pinceles bosqueja primorosos
y en liezo azul sus virginales gracias,
haz que hasta el cielo suba
tu claro ingenio con potentes alas,
que solo allí para cantarla hermosa
luz y armonías mis amores hallan,
y voz que sin vencerla,
la suya emule al corazón amada.
Y aquí hago punto. Seguiré escribiendo.
Noviembre y veinte y uno. Benejama.
Te ofrece su cariño
tu amigo Juan, que con amor te abraza.

[Pastor Aicart es casà per segona vegada amb Escolàstica Valdés Barceló dos dies després d’aquesta carta, el 23-11-1887

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