Lo dijo Salmerón y no hay tu tía
“El Riff no será nuestro
mientras haya presidios en sus costas,
y no vuelvan acá los misioneros”.
Idea fin de siglo,
pero propia a mi ver de ese cerebro
donde el yo que se pone, no dispone
más que absurdos, sofismas y esperpentos.
“Los moros se horripilan
viendo al forzado con el pie en el cepo,
y no quieren tener ni aun relaciones
con el padre Lerchundi, porque es neo”
El yo salmeroniano,
muy amigo y señor del libre pienso,
nos da tan grato anuncio
que es como suyo original y nuevo,
y es fuerza que acordados
corazones, y péñolas, y gestos,
la portentosa especie
del krausista filósofo cantemos.
La conquista del reyno de Jarafa (?)
pide especiales medios;
lo ha dicho Salmerón, y no hay tu tía;
¿No es un yo el que se pone donde hay puesto?
Nada que huela a frayles,
ni a cogullas, ni a cruces, ni a conventos;
el verbo del krausismo
que hoy solo es dado conjugar a Esquerdo,
da fin a la tarea
de asimilarnos el caduco imperio,
mandando comerciantes
en cretonas, jabones y plumeros.
La empresa es bien sencilla
si se cuenta con mimbres para el cesto,
y es ainda mais jugosa
por ser ricos los moros según vemos.
¡Idea extraordinaria
que hace honor al chirumen de ese genio!
¡Idea que me asombra
aunque no quepa en mi caletre estrecho!
Nos conviene correr por los caminos
que ha desbrozado el leguaraz vocero,
y hacer mutis a todo,
porque él a no dudarlo es el maestro.
No es un principio tonto,
ni es un capricho necio,
ni ha de tomarse en broma
porque no sepa a serio,
¡es krausista, y es práctico, y nos basta!
Que vaya allá el comercio
con Salmerón al frente,
y al año o poco más, el Riff es nuestro.
Vistamos la chilaba,
y el rostro al sol ecuatorial tostemos;
calcemos las babuchas
según uso y costumbre de aquel pueblo;
charlemos en salvaje
como acostumbra Salmerón a hacerlo,
y que así entienda el mundo
que el Riff tiene un […] en el Congreso.