EL DÍA DE DIFUNTOS

Hoy es el día en que el recuerdo amargo
de un objeto que amante se perdió
asalta nuestra mente aniquilada
de tristeza llenando el corazón.

Hoy es el día en que contrito el hombre
la helada muerte con sus ojos, ve,
al mostrarle los negros epitafios
las vanas inscripciones del no ser.

Hoy es el día en que las negras sombras
de los que fueron pero no son ya,
oraciones nos piden con el llanto
que sus almas al cielo llevarán.

Lúgubre día que nos recuerda objetos
que perdimos con pena y con dolor
y en que con miedo y pasmo apercibimos
de las campanas el sepulcral son.

Es el día en que la pobre viuda
con sus hijos llorosos a orar va,
y en que el huérfano triste al Señor pide
en su anhelo y dolor la santa paz.

Es el día en que el amante solo
por la bella que fue su ángel de amor
a Dios ruega contrito; ese es el día
en que vive la tierra en oración.

Terrible día, sepulcrales horas
tiempo de luto, fiestas de pesar
armonías sin ecos, tristes cantos,
religiosa oración, dolor falaz.

Pálidas luces, tonos pavorosos,
clamores sombríos, amor infiel,
tumbas cubiertas, cipreses elevados,
amarillas coronas, firme fe.

Día terrible porque el mundo entero
ruega por los que fueron y no son,
porque contempla en ellos su retrato,
porque ve en ello la fuerza del Señor.

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