La diosa

La ilustración popular, “La diosa”, 1871

¡Viva la diosa Razón! se ha gritado en un templo católico; exclamación impía, hija de un odio que no tiene razón de ser, y de un orgullo que, rebosando en ira, pretende destruir todos los elementos de la sociedad, para levantar sobre sus escombros el alcázar de una sociedad nueva.
¡Idea risible, pero que entristece! ¡Ah! ¿Quiénes sois vosotros, los nuevos deístas, para trazar sobre la haz del mundo moral el plano de un mundo mejor? ¿Quiénes sois vosotros, pobres soñadores, para llevar al terreno de la práctica las predicaciones de los utopistas? ¿Pues qué, acaso vuestras ideas pueden realizarse ¿Acaso no son sueños vuestras ridículas reformas? ¿Pensáis, por Ventura, que vuestro grito va a conmover las entrañas de la sociedad, y a borrar vuestro aliento las huellas de la civilización, como borra el Simoun las huellas de la caravana?

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